En el tranquilo valle de Otavalo, Ecuador, se encuentra la misteriosa Laguna de Imbakucha, un lugar impregnado de historia y misterio. Según una antigua leyenda transmitida de generación en generación, la leyanda de la Paila de Oro en Otavalo, cuenta que esta laguna es el resultado de la intervención divina y la justicia celestial.
La historia relata la existencia de una gran hacienda donde reinaba la injusticia y la opresión por parte de su dueño. Sin embargo, la intervención de Achil Tayta (Dios) en forma de un viejito limosnero cambia el destino de la hacienda y sus habitantes. Ante la bondad de una criada que protege al viejito de los perros del dueño, este último recibe una advertencia: una inundación devastadora destruirá la hacienda esa misma noche.
Siguiendo el consejo del viejito, la criada escapa a una montaña antes de que la lluvia torrencial transforme la hacienda en la Laguna de Imbakucha. Desde entonces, se rumorea que en el fondo de la laguna reposa una paila de oro, cuyo brillo se puede ver bajo la luz de la luna. Algunos cuentan que han visto la paila de oro tan cerca que cuando quieres agarrarle se aleja poco a poco y te atrae hasta el fondo de las aguas y una fuerza misteriosa te jala hasta el fondo.
Esta leyenda de la Paila de Oro, arraigada en la tradición oral de Otavalo, nos recuerda las consecuencias de la maldad y la importancia de la bondad y la compasión en un mundo lleno de injusticias. La Laguna de Imbakucha se convierte así en un símbolo de justicia divina y un recordatorio de la fuerza de las historias que han perdurado a lo largo del tiempo. ¡Acompáñanos en este viaje de tradición de Otavalo!